No se puede hablar de Starcraft sin rendir homenaje a uno de los títulos más importantes de la historia de los videojuegos. Publicaciones de la talla de IGN o Gamespot lo tienen en la lista de los 10 mejores juegos de todos los tiempos y, hablando exclusivamente de compatibles, se encuentra en las posiciones más altas. Aparecido en 1998 de la mano de Blizzard; recordemos, la compañía responsable de verdaderas joyas como Warcraft o Diablo, no tardó en cosechar los premios más codiciados, obteniendo las críticas más favorables y convirtiéndose en un rotundo éxito de ventas. Millones de jugadores de todo el mundo se engancharon localmente a un juego que sigue causando verdadero furor en las partidas online. Ahora, nueve años más tarde y con la friolera de diez millones de copias vendidas, se anuncia la segunda y esperadísima entrega de la popular franquicia. Aprovechamos para recordar lo que fue y sigue significando Starcraft; un grande entre los más grandes.
Una de las claves del abrumador éxito de Starcraft lo encontramos en su compleja historia. Las ramificaciones de la misma han dado pie a todo tipo de especulaciones y sus seguidores se cuentan por millones. No son pocas las webs dedicadas a recolectar y ordenar la ingente información de la que se dispone. Y todo esto porque el definido como Universo Starcraft es paradójicamente grande para un juego y su correspondiente expansión.
En un incierto futuro los Terran, antiguos prisioneros terrestres embarcados en la complicada misión de colonizar nuevos planetas, se ven a la deriva por el espacio debido a un fallo en el sistema de navegación. Después de tres décadas vagando por el vacío, el combustible llega a su fin y el destino, tras un tremendo accidente, les deja varados en el sector Koprulu. Tras un tiempo en el lugar encuentran las dos nuevas razas contra las que deberán luchar por su supervivencia: los Protoss y los Zerg. Ambas razas fueron creadas por una muy superior, los Xel´Naga, pero sus características son muy diferentes. Mientras los primeros se rebelan contra la raza que les creó, los segundos nacen sin orgullo y responden ante una entidad o ‘super-mente’. La morfología de ambos es diametralmente opuesta. Los orgullosos Protoss se idearon buscando la perfección mientras que con los Zerg (parecidos a larvas o gusanos) perseguían la esencia y eran capaces de absorberla de todas las razas del planeta en el que habitaban. Con el tiempo descubrieron a los Xel´Naga y su control de la Supermente y tras un durísimo ataque acabaron con sus propios creadores. Eso es, a grandes rasgos, la introducción a la historia de Starcraft. El universo que se ha creado a posteriori no tendría sentido sin el apoyo incondicional de sus millones de seguidores y la publicación de casi una decena de libros acerca de su historia.
La jugabilidad de Starcraft es bastante compleja a pesar de su aparente simplicidad y, posiblemente, esa sea otra de las razones por las que obtuvo tal éxito. Debemos centrarnos en la recolección de dos materias como son el gas Vespeno y el cristal azul. Mientras la primera de ellas nos permitirá la creación de unidades y edificios de alto nivel la segunda, más abundante, es la que necesitaremos para construir las unidades normales. Además, tan solo podremos tener un número limitado de unidades a las que, por otro lado, deberemos poner los medios para nutrirse. La cantidad de opciones para mejorar nuestras unidades así como para capacitarnos la creación de nuevas, es brutal en las tres razas. La estrategia que deberemos seguir para ganar se basa en la optimización de recursos, control de los mismos y la definición de un ataque eficaz y rápido.
Por último, el modo multijugador a través de Battle.net, sin ningún cargo adicional para el jugador, impulsó el juego hasta su máximo esplendor convirtiéndolo en uno de los más seguidos de la historia. Los jugadores de todo el mundo se agrupaban para luchar contra bots controlados por la IA del juego o entre sí en épicas batallas que incluso se han llegado a retrasmitir por televisión.
La repercusión del juego se escapó de toda predicción posible. Especialmente en el modo multijugador y desde la versión 1.08 con su posibilidad de Replay; esto es, grabar las partidas para luego poder estudiarlas minuciosamente con aplicaciones que extraen todo tipo de estadísticas como las acciones por minuto o efectúan una cámara lenta. El nivel enfermizo de seguidores hizo que aparecieran multitud de hacks que provocaron la anulación de casi medio millón de cuentas de Battle.net. Aparecieron jugadores pros, ligas y campeonatos remunerados por todo el mundo. Pero si en algún lugar caló hondo es en Corea del Sur.
El país oriental tiene el orgullo de ser en el que más ha triunfado el título. Más de una tercera parte del total de copias que se han vendido en todo el mundo han recalado en él. La fiebre causada por el juego en este país hace que el modo multijugador continúe siendo todavía uno de los más seguidos en el mundo. Y es que es de especial mención que, en tres cadenas televisivas dedicadas al mundo de los videojuegos, se sigan reproduciendo partidas épicas para el gozo de muchísimos seguidores. Los jugadores profesionales han conseguido contratos publicitarios, sponsors millonarios y un espacio en la vida pública Coreana. Éstos dedican la mayoría del día a entrenar para prepararse los campeonatos y algunos llegan a vivir exclusivamente de esto. Hay una gran cantidad de merchandise generado alrededor del juego. Éste comprende desde CD’s, libros, cómics, figuras,historietas e incluso un juego de mesa.
La cantidad de rumores acerca de una posible continuación que se han tenido que soportar durante todos estos años han sido enormes. Blizzard anunció desde un principio que el título tendría una continuación, pero no ha sido esta semana cuando lo han confirmado enseñando, además, algunos videos. El juego pinta bien; de hecho, pinta muy bien, pero no va a ser hasta que pasen algunos años y tengamos una perspectiva parecida, cuando podamos ver si se repite el éxito sin precedentes de su original antecesor.
